

¿Las marcas temen al color?
Apple es un ejemplo de minimalismo cromático. Benetton, todo un carnaval visual. Piénsalo: el color en branding puede hacer que tu marca se diferencie e inspirar emociones en tus consumidores. ¿Puede permitirse tu marca renunciar a él?
La era del “greige”
Vivimos en un mundo de tonos neutros, entre el gris y el beige. Muchas marcas han optado por identidades visuales monocromáticas. Por ejemplo, Uber, Threads y otras fintech emergentes han optado por huir del color. Sin embargo, en muchas ocasiones la apuesta por la neutralidad, aunque segura, va en detrimento de la personalidad de la marca.

Lo mismo sucede con las tipografías y la adaptación de las marcas al universo digital. Es tentador culpar a Apple de que lo minimalista sea lo premium. Pero el lujo discreto y el temor a la obsolescencia, hicieron que entre las marcas predomine la monotonía de la Helvética. ¿El resultado? Diseño que parece caro, pero que no dice gran cosa.
Visita una cafetería en Berlín, Bangkok o Buenos Aires y probablemente encontrarás las mismas paredes blancas, mostradores de contrachapado de abedul, menús sans serif y cactus. El crítico de diseño Kyle Chayka denominó esta homogeneidad estética instagrameable como AirSpace.
Esta tendencia también se ha denominado Blanding que se ha convertido en sinónimo de las identidades visuales seguras y monótonas. Parece como si las marcas quisieran pasar desapercibidas… Algo opuesto al branding, que busca crear una identidad única y memorable.
¿Por qué tantas marcas prefieren huir del color en su branding?
- Tendencias estéticas: Hay una moda del minimalismo funcional. Menos colores supone un menor riesgo visual.
- Neutralidad global: Cuando vas a lanzarte a mercado internacional, el negro, gris o blanco no arriesgan, evitando asó posibles malentendidos culturales con otros colores más vivos. Por eso el miedo de algunas marcas al color radica en no poder controlar sus asociaciones psicológicas. Un rojo puede decir “urgencia” o “peligro”; un azul transmitir “confianza” o “frialdad”. Sin embargo, renunciar totalmente al color puede sacar a la marca de ese universo emocional, que es donde precisamente, se forja la conexión con la audiencia.
- Facilidad y escalabilidad: Entre digital y prensa, el blanco predomina sin disparidades cromáticas. Mantener un color vibrante impreso puede resultar mucho más complejo o caro.
- Falta de propiedad del color: Salvo gigantes como Tiffany (con su azul trademarked), muchas marcas no consiguen que un color propio sea realmente reconocible y diferenciado. Por ejemplo, Benetton no tiene un Pantone registrado, pero sí un caleidoscopio visual memorable.

¿El problema?
Cuando todos se mueven al mismo ritmo, nadie destaca. ¿Temen las marcas que un matiz altere su mensaje? ¿Tienen miedo a la diversidad emocional que un azul, rojo o verde puede proyectar?
En ese contexto, el color puede ser percibido como un riesgo para algunas marcas: un error de tono, una interpretación cultural incorrecta, un signo de inmadurez visual. Y aunque el color puede diferenciarte, como Hermès con su naranja vibrante, muchas marcas prefieren la fórmula del “no color” para evitar polémicas y mantener un aire pulcro.
Apple vs Benetton: dos filosofías opuestas
Apple ha construido un reino con el blanco. Su marketing, empaques y retail transmiten pureza, simplicidad y confianza en el producto. El color reducido al mínimo permite que el producto hable por sí mismo. Ese silencio cromático transmite lujo, madurez y decisión: no necesitan gritar para ser deseados. Sin embargo, ha sido copiado hasta la saciedad y, no todo tiene que parecerse a una caja de iPhone.
Benetton, por ejemplo, es un carnaval visual. Desde su arte provocador en los años 80 hasta las campañas sociales contemporáneas, el color ha sido parte de su identidad de marca. Verdes, rojos, azules, naranjas en intensidad máxima. Su identidad vive y respira gracias a matices vivos que construyen una actitud irreverente y multicultural. No le teme al impacto emocional ni a que su mensaje choque: al contrario, vive de provocarlo.

En estos ejemplos, ninguna de las dos marcas le temen al color. Apple lo relega a sus productos. Benetton lo convierte en su voz. El miedo real es aceptar que el color es un instrumento de storytelling, no una decoración opcional.
¿Temen las marcas no saber aplicar el color en branding?
Por lo tanto, el miedo no está en el color en sí, sino en usarlo mal. Un tono equivocado puede alienar a una cultura, confundir identidad o restar profesionalidad. Sin embargo, en branding, un elemento de acento cromático siempre aporta impacto y diferenciación útil.
México, por ejemplo, es un país con una vibrante cultura visual. O el Sudeste Asiático, donde incluso los cafés minimalistas suelen combinar materiales locales, neón y calidez.
Posicionarse en color en branding no significa saturar de tonos; puede ser utilizar acentos estratégicos, pautas visuales o ilustraciones que refuercen identidad sin caer en lo genérico.
Recuerda que el diseño no se trata de plasmar una moda, se trata de reflejar lo que se siente auténtico en un lugar, una cultura, una personalidad de marca.
Claves para usar color sin miedo en branding
- Define tu personalidad: ¿Quieres transmitir calma, urgencia, crecimiento o lujo? Elige tu paleta estratégica en consecuencia.
- Conoce a tu audiencia global: Algunas culturas interpretan colores como blanco o amarillo de formas opuestas.
- Usa color para diferenciar líneas de producto: Puedes seleccionar un color para cada producto, ayudando al reconocimiento instantáneo.
- Apuesta por contrastes: Si tu paleta es neutra, puedes incorporar un acento vibrante, un botón rojo, una tipografía viva. Eso rompe el minimalismo sin saturar.
- Haz que sea accesible: Por ejemplo, con contraste alto para legibilidad, pruebas de color para daltónicos y formatos digitales e impresos con consistencia visual.

Conclusión
El diseño, como la moda, se mueve en ciclos. Ahora la Generación Z en Tik Tok se inclina hacia el maximalismo, el “cluttercore” y el rechazo a la perfección minimalista.
Incluso Burberry ha recuperado recientemente a su caballero ecuestre.
El color bien usado en branding genera reconocimiento, conecta emocionalmente y entrega un marco visual distintivo. El verdadero temor proviene cuando el color se usa sin propósito, sin conocimiento o sin coherencia. Así que aquí va una idea: recupera el color y las peculiaridades de tu marca para diferenciarte. En Arrontes y Barrera podemos ayudarte. Llámanos.